Hoy ver caer apenas unas pequeñas gotas traviesas en las calles porteñas sorprendio. No estaba en los planes de todos, pero en unos pocos prevenidos se podia ver abrir esos 'ataja lluvia' (a mi parecer innecesarios, mas las pequeñas gotas eran una respuesta de alivio al calor que se viene desatando hace varios varios y varios dias)
Podes viajar y observar los distintos lugares, inicialmente se veia un cielo gris y lloroso. Lugar icono de malvivientes, no podes irte sin un souvenir: una viva imagen de impotencia de ese lugar a las 6.30 a.m. Da pena ver como se vive hoy en dia y sin poder hacer nada, porque simplemente ese granito de arena tuyo no va a poder en contra de un gran desierto.
Al ir avanzando en el camino, en el cielo algunos algodones blancos apenas empezaron a chocarse con unos grises, el día se ve calido y mientras arriba surge la amenaza de cambio abajo parecen no atemorizarse, sino esperar ese caos con ansias. Los graffitis van haciendo mas armonica, la vista siempre hay uno nuevo, siempre hay uno que llama mas la atencion, siempre hay un nuevo observar.
Los ojos se deslumbran por leer u observar las nuevas propagandas, estaciones con carteles. "Aca hay verano" dice una, si aca y alla donde quieras, igual prefiero el invierno querido cartel.
Al ir llegando a destino el cielo es un color neutro y opaco, el gris no llama la atencion pero oculta de manera sorprendente a la querida y tambien odiada esfera amarilla. La brisa es un plus de un día largo y se lleva mas de una sonrisa.

Quizas el dia sea largo, las agujas del reloj avancen mucho mas lento que siempre, pero lo que nunca va a cambiar es que cada dia es una nueva aventura.

Tren Sarmiento
La ley del mas fuerte